MIRIANA
Este es tercer capitulo de esta historia que espero que os esté gustando. Después de que una grieta se tragara a Álvaro y Anita en el despacho de Física llegan a un misterioso mundo en el que nada se parece a lo que ellos conocen, pero gracias a la ayuda de un misterioso muchacho las cosas se arreglan un poco…
CAPITULO TRES: LLEGADA A MIRIANA. CONOCIENDO A JAKE
Un mundo nuevo, un mundo desconocido, un mundo diferente al suyo, un mundo en el que lo imposible se hacía realidad. Así era el mundo donde habían ido a parar Álvaro y Anita.
Cuando Álvaro despertó se encontró cara a cara con unos ojos verdes que le miraban preocupado.
Muchacho: Buenos días, ¿Te encuentras bien?
Álvaro: Eso creo.
Álvaro intentó incorporarse, pero al hacerlo se mareó y volvió ha caer en la cama.
Muchacho: Será mejor que te quedes ahí tumbado hasta que mejores, llamaré a tu amiga.
Tras decir eso, el muchacho salió de la habitación en busca de Anita.
Al poco rato, el Muchacho llegó acompañado de Anita, que venía muy aliviada.
Anita: ¡Álvaro! ¿Te encuentras bien?
Álvaro: Creo que sí.
Álvaro se quedo mirando al muchacho, que le miraba con esos profundos ojos verdes que tenía.
Muchacho: Creo que no me he presentado, me llamo Jake.
Jake tendió una mano a Álvaro para que se la estrechara. Álvaro se la estrechó encantado.
Álvaro: Encantado de conocerte Jake, me llamo Álvaro.
Jake sonrió y le estrechó la mano, seguidamente Anita salió de la habitación.
Álvaro: ¿Qué la pasa?
Jake: Que le gusta el lugar a donde ha ido a parar.
Álvaro se quedo mirando a Jake intentando descifrar lo que le decía.
Álvaro: ¿Dónde estamos?
Jake: En mí casa de Malía, en el reino de Alber.
Álvaro: ¿Cómo?
Jake: Anita ya me ha contado lo que os ha pasado, no estáis en la Tierra, esto es Miriana.
Tras decir aquello, Jake miro a Álvaro, quien intentaba asimilar lo que le estaban contando. Jake, al verle la cara que se le había quedado, se rió.
Jake: Será mejor que lo veas tú mismo, ¿Puedes levantarte?
Álvaro intentó levantarse y casi se cae al suelo, pero Jake le sujetó.
Jake: ¡Cuidado! Todavía no te has recuperado del todo.
Álvaro: Gracias Jake, pero creo que puedo caminar.
Jake soltó a Álvaro y se apartó un poco por si acaso. Álvaro comenzó a andar lentamente,
Álvaro: Puedo tenerme en pie, pero la cabeza me da vueltas.
Jake: Normal, te diste en la cabeza con una piedra.
Álvaro: ¿Con una piedra?
Jake: Sí, os encontré en el claro que hay cerca del pueblo, tú estabas malherido.
Álvaro intentó recordar algo, pero de lo último de lo que se acordaba era de las caras de Manuela, Antonia y Teresa gritando algo que no llego a oír.
Jake: ¿Te pasa algo?
Álvaro: No, estaba intentando recordar, pero no consigo acordarme de nada.
Jake: Será mejor que te de algo el aire, llevas cuatro días en cama.
Álvaro: ¡¿Cuatro días?!
Jake: Sí, creíamos que no ibas ha despertar.
Álvaro, todavía intentando asimilar aquella nueva información, se dirigió hacía la puerta.
Jake: Ya puedes andar mejor.
Álvaro: Estaba un poco mareado, ahora estoy mejor.
Álvaro y Jake, salieron de la habitación, bajaron las escaleras y salieron a la calle, donde habían puesto un mercado, pero lo impresionante no era el mercado, sino las cajas que iban de un lado a otro sin necesidad de que nadie las levantara. Los mercaderes iban de un puesto a otro haciendo levitar cajas y, en algunos casos, haciéndose levitar a ellos mismos.
Álvaro: ¡Esto es alucinante!
Jake: ¿De verdad?
Álvaro: ¡Claro, nunca había visto nada igual!
Jake: Mira en el cielo.
Álvaro miró al cielo y lo que descubrió fue una pequeña esfera con formas que le resultaban conocidas.
Álvaro: ¿Qué es eso?
Álvaro intentó recordar a que le sonaban tanto aquellas figuras que se representaban en esa esfera verde y azul.
Jake: Es La Tierra.
Álvaro perdió el conocimiento al comprobar que Jake tenía razón y lo que se veía en el cielo era La Tierra
Un mundo nuevo, un mundo desconocido, un mundo diferente al suyo, un mundo en el que lo imposible se hacía realidad. Así era el mundo donde habían ido a parar Álvaro y Anita.
Cuando Álvaro despertó se encontró cara a cara con unos ojos verdes que le miraban preocupado.
Muchacho: Buenos días, ¿Te encuentras bien?
Álvaro: Eso creo.
Álvaro intentó incorporarse, pero al hacerlo se mareó y volvió ha caer en la cama.
Muchacho: Será mejor que te quedes ahí tumbado hasta que mejores, llamaré a tu amiga.
Tras decir eso, el muchacho salió de la habitación en busca de Anita.
Al poco rato, el Muchacho llegó acompañado de Anita, que venía muy aliviada.
Anita: ¡Álvaro! ¿Te encuentras bien?
Álvaro: Creo que sí.
Álvaro se quedo mirando al muchacho, que le miraba con esos profundos ojos verdes que tenía.
Muchacho: Creo que no me he presentado, me llamo Jake.
Jake tendió una mano a Álvaro para que se la estrechara. Álvaro se la estrechó encantado.
Álvaro: Encantado de conocerte Jake, me llamo Álvaro.
Jake sonrió y le estrechó la mano, seguidamente Anita salió de la habitación.
Álvaro: ¿Qué la pasa?
Jake: Que le gusta el lugar a donde ha ido a parar.
Álvaro se quedo mirando a Jake intentando descifrar lo que le decía.
Álvaro: ¿Dónde estamos?
Jake: En mí casa de Malía, en el reino de Alber.
Álvaro: ¿Cómo?
Jake: Anita ya me ha contado lo que os ha pasado, no estáis en la Tierra, esto es Miriana.
Tras decir aquello, Jake miro a Álvaro, quien intentaba asimilar lo que le estaban contando. Jake, al verle la cara que se le había quedado, se rió.
Jake: Será mejor que lo veas tú mismo, ¿Puedes levantarte?
Álvaro intentó levantarse y casi se cae al suelo, pero Jake le sujetó.
Jake: ¡Cuidado! Todavía no te has recuperado del todo.
Álvaro: Gracias Jake, pero creo que puedo caminar.
Jake soltó a Álvaro y se apartó un poco por si acaso. Álvaro comenzó a andar lentamente,
Álvaro: Puedo tenerme en pie, pero la cabeza me da vueltas.
Jake: Normal, te diste en la cabeza con una piedra.
Álvaro: ¿Con una piedra?
Jake: Sí, os encontré en el claro que hay cerca del pueblo, tú estabas malherido.
Álvaro intentó recordar algo, pero de lo último de lo que se acordaba era de las caras de Manuela, Antonia y Teresa gritando algo que no llego a oír.
Jake: ¿Te pasa algo?
Álvaro: No, estaba intentando recordar, pero no consigo acordarme de nada.
Jake: Será mejor que te de algo el aire, llevas cuatro días en cama.
Álvaro: ¡¿Cuatro días?!
Jake: Sí, creíamos que no ibas ha despertar.
Álvaro, todavía intentando asimilar aquella nueva información, se dirigió hacía la puerta.
Jake: Ya puedes andar mejor.
Álvaro: Estaba un poco mareado, ahora estoy mejor.
Álvaro y Jake, salieron de la habitación, bajaron las escaleras y salieron a la calle, donde habían puesto un mercado, pero lo impresionante no era el mercado, sino las cajas que iban de un lado a otro sin necesidad de que nadie las levantara. Los mercaderes iban de un puesto a otro haciendo levitar cajas y, en algunos casos, haciéndose levitar a ellos mismos.
Álvaro: ¡Esto es alucinante!
Jake: ¿De verdad?
Álvaro: ¡Claro, nunca había visto nada igual!
Jake: Mira en el cielo.
Álvaro miró al cielo y lo que descubrió fue una pequeña esfera con formas que le resultaban conocidas.
Álvaro: ¿Qué es eso?
Álvaro intentó recordar a que le sonaban tanto aquellas figuras que se representaban en esa esfera verde y azul.
Jake: Es La Tierra.
Álvaro perdió el conocimiento al comprobar que Jake tenía razón y lo que se veía en el cielo era La Tierra
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